Flacidez corporal

Flacidez corporal

La flacidez es un problema estético realmente temido por todos nosotros, sobre todo por las mujeres, en las que suele aparecer con más frecuencia y a edades más tempranas.

La principal causa de la aparición de la flacidez es la pérdida de colágeno, pues sabemos que con el paso del tiempo el cuerpo va generando cada vez menor cantidad de este elemento y es por ello que la piel pierde elasticidad y firmeza.

La zona interna de brazos y piernas, los glúteos y el abdomen son los puntos más atacados por la flacidez.

Veremos en esta artículo las malas prácticas que se deben evitar para retrasar o impedir la llegada de la flacidez, así como algunos trucos para combatirla o impedir su aparición.

10 consejos para combatir la flacidez:

  • Seguir una dieta equilibrada nos aportará los nutrientes que necesita nuestra piel para mantener su elasticidad y firmeza y evitar problemas como la celulitis. Los alimentos ricos en zinc (como los pescados y las legumbres), en selenio (como los cereales o panes integrales) y en vitamina C (cítricos, pimientos, fresas y kiwis entre otras frutas y verduras) son los nutrientes más destacables a este respecto.

  • Huir de dietas milagro que producen oscilaciones rápidas de peso y además de flacidez producen muchas estrías que también son bastante antiestéticas. Nuestros hábitos de alimentación deben ser saludables y constantes en el tiempo.

  • Evitar las dietas proteicas o sin hidratos de carbono así como cualquier dieta desequilibrada, que jamás consiguen aportar a nuestro todos los nutrientes que necesita y por ello, la piel tampoco se nutre correctamente. En estas dietas los niveles de selenio y vitamina C se verán gravemente comprometidos por la escasez de cereales y frutas y las consecuencias serán diversas, no sólo estéticas.

  • Evitar hábitos tóxicos como alcohol o tabaco. Éstos impiden que los antioxidantes ingeridos en la dieta hagan su función sobre las células, ya que los antioxidantes se mantendrán “entretenidos” paliando la acción del exceso de radicales libres que producen los tóxicos en el organismo.

  • Evitar una vida sedentaria es fundamental. El ejercicio aeróbico y las pesas ligeras (siempre con constancia) ayudan a remodelar las zonas más atacadas por la flacidez.

  • Masajea las zonas más propensas a la flacidez con cremas hidratantes o reafirmantes. Los masajes mejoran el flujo sanguíneo de la zona y tonifican el músculo, una vez más la constancia es fundamental.

  • Evitar posturas que compriman la circulación, prendas de vestir muy ajustadas y altos tacones es ideal para facilitar el flujo sanguíneo. Algunos alimentos como la cebolla, el ajo, el apio, la zanahoria, el pomelo, la piña y la papaya se consideran anticoagulantes naturales, pues favorecen la fluidez de la sangre y mejoran la circulación.

  • Nunca abusar del sol pues deteriora las fibras de colágeno y afecta a la flexibilidad de la piel. En general, se recomienda evitar cualquier fuente de calor directa sobre la piel (depilación con cera caliente, baños a altas temperaturas…).

  • Evita el estrés, pues éste impide que la piel se regenere correctamente. Salir a hacer algo de ejercicio físico cada día nos ayuda a combatir la ansiedad y a evitar la vida sedentaria, por lo que con esta práctica podemos decir que “matamos dos pájaros de un tiro”.

  • Beber dos litros de agua al día es esencial para eliminar toxinas, facilitar la acción de los antioxidantes y nutrir e hidratar las fibras de colágeno y elastina.