Dieta astringente

Dieta astringente

Cuando sufrimos una gastroenteritis con diarrea sufrimos un gran riesgo de deshidratación ya que el cuerpo está dejando escapar grandes cantidades de agua a través de las heces.

Ocurre lo mismo en las etapas de sintomatología aguda en los casos de personas con enfermedades tales como el Síndrome del Interstino Irritable (SII) o las Enfermedades Inflamatorias Intestinales (EII) como es la conocida enfermedad de Crohn o la colitis úlcerosa.

La deshidratación puede traer serias complicaciones y ante una diarrea importante, sea cual sea su naturaleza, conviene en primer lugar evitar la deshidratación a través de la ingesta hídrica y frenar, en la medida de lo posible, la salida de agua a través de las heces con la ayuda de una dieta astringente y baja en fibra.

Es muy probable que durante las primeras horas de diarrea intensa no tengamos ganas de tomar nada sólido pero no podemos descuidar la ingesta de líquidos.

En esta primera fase hay que tomar poquito a poco pero de forma continuada líquidos que nos aporten azúcares y sales minerales como zumos colados, infusiones como la manzanilla, suero oral, caldos desgrasados, etc.

No hay que forzar al cuerpo, pero tampoco conviene estar más de 24 horas sin comer. A partir de ese momento, o bien antes si nos entra hambre o apetencia, debemos empezar a incluir alimentos blandos como un yogur o unas láminas de manzana para comprobar la tolerancia de nuestro cuerpo. Si vemos que la ingesta de estos alimentos no ha provocado vómitos ni malestar, es el momento de comenzar la dieta astringente.

Desayuno astringente

Sabemos que el desayuno ideal incluye un lácteo, una ración de pan o cereales y una pieza de fruta pero en casos como éste, no es necesario forzarse para tomar el desayuno completo sino que podemos tomar sólo parte de él e irlo completando a medida que pasen los días y la recuperación sea notable.

  • Es mejor elegir yogur desnatado en lugar de leche, ya que el yogur al estar fermentado presenta bacterias vivas en su composición que son realmente beneficiosas para repoblar el intestino y hacerlo más fuerte antes las agresiones externas.

  • Para acompañar al lácteo del desayuno lo mejor es el pan blanco (sin fibra). El pan tostado es más digestivo por lo que una pequeña rebanada de pan blanco tostado acompañada de queso fresco sin grasa, dulce de membrillo, fiambres magro de pavo o jamón york (mejor elegir fiambres bajos en sal y sin especias ni saborizantes).

  • Si hay que incluir una fruta, es mejor elegir aquellas que son ricas en tanitos (sustancias astringentes) como el membrillo, el zumo de granada o de arándanos (mejor natural), la manzana rallada, asada o cocida, el plátano o los nísperos. Es fácil detectar las frutas ricas en taninos ya que dejan en la boca una sensación de “aspereza” fácil de detectar.

Comidas principales: Comidas y cenas

  • Como primeros platos es ideal elegir caldos desgrasados, sopas (de pasta o arroz), arroz blanco cocido o purés sin fibra (de zanahoria, patata o calabacín pelado).

  • Como segundos platos es bueno optar por carnes de pollo o pavo y pescados blancos mejor cocidos o al vapor para evitar el cocinado con aceite y limitar así aun más la grasa de la dieta. El huevo cocido o en tortilla francesa es también una buena alternativa.

* Conviene evitar legumbres, carnes fibrosas y/o grasas (especialmente el cordero y el pato), verduras flatulentas o ricas en fibra, frutos seos, pescados azules, mariscos y frutas ricas en fibra.

Las comidas deben acompañarse con agua o con una infusión tras la comida para no descuidar la ingesta de agua. Es mejor evitar el postre para no sobrecargar el estómago.

Comidas de entre horas

Para la media mañana, merienda, recena o en definitiva para cuando aparezca el hambre es bueno recurrir a:

  • Las frutas y zumos de frutas astringentes por su contenido en tanitos mencionadas anteriormente (membrillo, el zumo de granada o de arándanos, la manzana rallada, asada o cocida, el plátano o los nísperos).

  • Yogures, queso fresco o leches fermentadas de cualquier tipo: Mejor si van enriquecidas con bifidus activo, aunque cualquier producto lácteo fermentado lleva en si mismo una carga de bacterias vivas interesante para nuestra flora intestinal.

  • Pequeño bocadillo de pan tostado con fiambre magro, queso 0% (fresco o de untar), queso con dulce de membrillo…

Una vez remita la diarrea, es el momento de empezar a introducir poco a poco los alimentos con fibra como zumos sin colar, frutas peladas, verduras cocinadas… e ir observando el grado de tolerancia para normalizar la dieta lo antes posible.

Tras los procesos diarreicos hay unos días en los que la sensación de estreñimiento es notable e incluso molesta. Esto ocurre simplemente porque el intestino está “vacío” tras la diarrea y por el hecho de estar tomando una dieta baja en residuos, por lo que no es estreñimiento real es sólo una sensación. Es muy importante que no se tomen medidas como meter demasiada fibra o usar laxantes para que esta sensación de falso estreñimiento desaparezca ya que el intestino aun estará debilitado y hay riesgo de recaída.